Una joven tenía dos grandes vasijas
que colgaba a los extremos de un palo
y que llevaba encima de los hombros.
Una de las vasijas tenía varias grietas,
mientras que la otra era perfecta
y conservaba toda el agua al final
del largo camino a pie desde el arroyo
hasta la casa de su patrón,
pero cuando llegaba, la vasija rota
solo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos
esto fue así diariamente,
desde luego la vasija perfecta
estaba muy orgullosa de sus logros,
pues se sabía perfecta para
los fines para los que fue creada.
Pero la pobre vasija agrietada
estaba muy avergonzada
de su propia imperfección
y se sentía miserable porque
solo podía hacer la mitad
de todo lo que se suponía
que era su obligación.
Después de dos años,
la tinaja quebrada le habló a la joven, diciéndole:
"Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo
porque debido a mis grietas solo puedes entregar
la mitad de mi carga y solo obtienes
la mitad del valor que deberías recibir."
La joven, le dijo compasivamente:
"Cuando regresemos a la casa
quiero que notes las bellísimas flores
que crecen a lo largo del camino."
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto
vio muchísimas flores hermosas a lo largo,
pero de todos modos se sentía apenada
porque al final, solo quedaba dentro
de si la mitad del agua que debía llevar.
La joven le dijo entonces
" Te diste cuenta de que las flores
solo crecen en tu lado del camino?
Siempre he sabido de tus grietas
y quise sacar el lado positivo de ello.
Sembré semillas de flores
a todo lo largo de camino
por donde vas y todos los días
las has regado y por dos años
yo he podido recoger
estas flores para decorar
el altar de mi Maestro.
Si no fueras exactamente
tal y como eres,
con todo y tus defectos,
no hubiera sido posible
crear esta belleza."
Cada uno de nosotros
tiene sus propias grietas.
Todos somos vasijas agrietadas,
pero debemos saber que siempre
existe la posibilidad
de aprovechar las grietas
para obtener buenos resultados.
que colgaba a los extremos de un palo
y que llevaba encima de los hombros.
Una de las vasijas tenía varias grietas,
mientras que la otra era perfecta
y conservaba toda el agua al final
del largo camino a pie desde el arroyo
hasta la casa de su patrón,
pero cuando llegaba, la vasija rota
solo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos
esto fue así diariamente,
desde luego la vasija perfecta
estaba muy orgullosa de sus logros,
pues se sabía perfecta para
los fines para los que fue creada.
Pero la pobre vasija agrietada
estaba muy avergonzada
de su propia imperfección
y se sentía miserable porque
solo podía hacer la mitad
de todo lo que se suponía
que era su obligación.
Después de dos años,
la tinaja quebrada le habló a la joven, diciéndole:
"Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo
porque debido a mis grietas solo puedes entregar
la mitad de mi carga y solo obtienes
la mitad del valor que deberías recibir."
La joven, le dijo compasivamente:
"Cuando regresemos a la casa
quiero que notes las bellísimas flores
que crecen a lo largo del camino."
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto
vio muchísimas flores hermosas a lo largo,
pero de todos modos se sentía apenada
porque al final, solo quedaba dentro
de si la mitad del agua que debía llevar.
La joven le dijo entonces
" Te diste cuenta de que las flores
solo crecen en tu lado del camino?
Siempre he sabido de tus grietas
y quise sacar el lado positivo de ello.
Sembré semillas de flores
a todo lo largo de camino
por donde vas y todos los días
las has regado y por dos años
yo he podido recoger
estas flores para decorar
el altar de mi Maestro.
Si no fueras exactamente
tal y como eres,
con todo y tus defectos,
no hubiera sido posible
crear esta belleza."
Cada uno de nosotros
tiene sus propias grietas.
Todos somos vasijas agrietadas,
pero debemos saber que siempre
existe la posibilidad
de aprovechar las grietas
para obtener buenos resultados.
las grietas nos mueven, que las flores de nuestra imperfecciones crezcan
ResponderEliminar