13 de enero de 2013

Un deseo (Víctor Hugo) para reflexionar

Un deseo 
 Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado y que, de no ser así, sea breve en olvidar. Y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo, pues que no sea así, pero si es que así es, sepas ser sin desesperar.
 Te deseo también que tengas amigos, y que incluso malos, y amigos inconsecuentes sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quién confiar sin dudar; y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos, ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro. Te deseo además que seas útil, más no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pié. Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.
 Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste, no todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.
 Te deseo que descubras con urgencia máxima por encima y a pesar de todo que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.
Te deseo que acaricies un perro, alimentes a un pájaro y oigas un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de ésta manera, te sentirás bien por nada.
 Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuántas vidas está hecho un árbol.
 Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico. Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero frente a ti y digas: "Esto es mío"...sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.
 Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.
 Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes hablen sobre amor, para recomenzar.
Si todas estas cosas llegaran a pasar NO TENGO NADA MÁS QUE DESEARTE.
 (Victor Hugo - 1802-1885)

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